sábado, 9 de febrero de 2013

Algarabía de los sentimientos -Capítulo 2, parte 2.-




Había pasado casi una semana desde ese desastroso día para mí, y aunque al principio el chico nuevo decidió no darse por vencido, a nadie le gusta ser ignorado. No importaba que tanto esfuerzo hiciera por entablar conversación conmigo, yo simplemente pasaba de él y seguía con lo mío. Al cabo de unos días dejó de intentarlo, entonces la paz volvió a mi vida y a mi corazón.
O al menos eso creía yo.

Estaba de camino a casa, después de mi día en la escuela. Las clases estaban comenzando a ponerse un poco pesadas, ya que los exámenes estaban a la vuelta de la esquina. Sin embargo, hice una parada de camino a casa, justo en el parque que queda en el trayecto. Miré fijamente el gran árbol que estaba ahí; cuando me percaté de que nadie estaba cerca, lo escalé hasta que casi llegué a la cima. Admiré los alrededores desde esa gran altura, entonces todo me pareció pequeño… Incluso yo misma. Respiré profundo y cerré los ojos, mientras escuchaba todo. La vida seguía pasando, no se detenía, al igual que el aire que en ese momento se cruzaba por mi cabello.
Voltee hacia abajo; fue cuando los problemas comenzaron. Estaba demasiado alto, lo suficiente como para que todas las ganas por bajar desaparecieran de mí en un instante. No tenía ni idea de cómo había subido tanto, pero ahora no sabía cómo bajar. Vi a un hombre con traje de policía a lo lejos, pero no podía pedirle ayuda, ya que no estaba permitido subirse, así que tuve que mantenerme callada y esperar a que se fuera. Pasaron cerca de dos horas, hasta que por fin el policía se fue. Comenzaba a caer la noche; tenía que bajar de una vez por todas. Puse todo el cuidado que podía en ese momento, pero estaba cansada y hambrienta, además de que mis dedos comenzaban a astillarse de estar tanto tiempo agarrada a la madera. Al bajar comencé a estresarme; mis piernas y brazos tenían uno que otro raspón de las veces que pisé mal en las ramas, sin embargo, no era ese dolor el que me estaba haciendo llorar.
Recordé cuantas veces mi papá había venido a salvarme cuando me metía en problemas, él siempre estaba ahí cuando lo necesitaba, pero ahora ya no. Me encontraba completamente sola, sin nadie que pudiera escuchar mi voz. Entonces fue que pensé, que si caía desde esa altura tal vez podría morir, y así cumplir el cometido que años atrás había intentado. Las dudas y las lágrimas comenzaron a nublarme la vista, así que paré de bajar y miré hacia el suelo, que todavía se encontraba lejos de mis pies.
-Lo siento… -Murmuré con sincero arrepentimiento –Lo siento, mamá… Por haberme rendido hace tiempo, por haber querido abandonar todo. Fui débil, lo siento.
En ese lugar nadie podía escucharme, por eso seguí hablando, como si hubiera encontrado un lugar en el cual confesarme, y ese árbol fuera mi verdugo.
-Todo este tiempo he estado en arrepentimiento, por haber querido que no existieras, y por no saber la clase de monstruo que era él. –Continué bajando, pero seguía hablando –No sabía el infiero en el que te encerraste por nosotros, y yo sólo me dediqué a juzgarte, por eso es que decidí, hace tiempo, que te entregaría mi vida, que haría con ella lo que fuese que me pidieras, como pago por haberte hecho sufrir tanto, porque tal vez si yo no hubiera nacido, tú no hubieras tenido que quedarte tanto tiempo con él. Tu sonrisa, tus lágrimas, tu vida… Me encargué de deshacerme de todo, y ni siquiera lo sabía. Sin embargo… -De nuevo me detuve, esta vez estaba un poco más cerca del suelo, pero no lo suficiente como para dejarme caer. –Yo aún no puedo odiarlo, porque después de todo fue la persona que más amé. –Me limpié las lágrimas, que empeoraban mi vista, pero seguían saliendo sin parar. –Perdóname, mamá, por ser tan estúpida… Por no poder sentir desprecio por él, pero más que nada… Más que nada… Perdóname por querer ser feliz otra vez.
Esos pensamientos recorrían mi cabeza todas las malditas noches, como si quisieran que nunca olvidara. La culpa me recorría el cuerpo, me llenaba de dolor las viejas cicatrices y me había hecho cambiar de un día para otro. Me volví seca y solitaria, dejé de sonreír por felicidad, me convertí en una mentirosa, una falsa e incluso me alejé de mi propia familia, porque quería volver mi corazón completamente inmune a los sentimientos que pudieran traerme deseos propios otra vez. Cambié las cosas femeninas por unas sencillas, porque desde el día que vi la verdadera naturaleza de mi padre, los hombres me daban asco, no podía soportar estar cerca de ellos, y aunque con el tiempo había aprendido a controlarlo, la verdad es que ni siquiera pasaba por mi mente enamorarme.
  Me limpié la cara y seguí bajando, pero cuando estaba a punto de caer en la última rama, pisé mal y caí al suelo, o al menos eso había creído.
-¿Qué…? –Miré debajo de mí y vi a Daniel en el suelo, agonizando –No sé si golpearte por aparecer de repente o golpearte porque tus gestos y sonidos hacen que crea que estoy extremadamente pesada –Bufé mientras me ponía de pie.
-¿Qué tal hablar conmigo cinco minutos como pago por haberte atrapado? –Sugirió con una pequeña sonrisa, aunque seguía haciendo gestos de dolor.
-Eso no puede contar como atrapar, pero está bien, hablaré contigo –Sacudí un poco mi falda y le di una mano para que se levantara.
-He escuchado todo –Soltó de golpe, esta vez sin ninguna expresión en su rostro.
-¿Eh? –Fue lo único que pude decir, a pesar de que había entendido bien lo que dijo. Mi corazón se detuvo por un momento y no pude evitar mirarlo rápidamente con un claro gesto de susto. Teníamos aún las manos agarradas, y en el momento en el que vio mi reacción, sujetó mi mano con más fuerza, como si supiera que estaba a punto de huir.
-Desde el primer día que te vi me recordaste a alguien muy especial para mí –Dijo con un tono triste, mientras miraba melancólicamente el gran árbol. –Esa persona también, justo en este momento, está cargando con una culpa que no debe… Desde que nos conocemos ha tenido esos ojos tristes, junto con ese corazón endurecido que sólo le causa dolor cada día. Esa persona se está marchitando con el pasar de los segundos, y lo más desesperante es que no puedo hacer nada, porque no comprendo el dolor por el que está pasando, porque todas las palabras que pudieran salir de mi boca no son más que ruido para su corazón, porque por más que lo intente no puedo hacerle entender que es una persona que merece ser feliz, y que es demasiado joven como para tirar así su vida –Entonces me di cuenta que había soltado mi mano, pero por alguna razón sus palabras me tenían impactada, tanto que quería escuchar un poco más. –Abril… Probablemente creerás que soy un entrometido, que no entiende nada sobre su dolor, pero si hay algo de lo que estoy completamente seguro es que ni tú, ni esa persona nacieron para vivir atados al pasado. –Se acercó un poco más a mí y me miró a los ojos, sin ninguna sonrisa, sin ninguna mueca, sólo me miró. –Sé que nadie te ha dicho esto, y por eso seré yo quien lo haga… Tú… Tienes todo el derecho de buscar tu felicidad y encontrarla. Ya… -Me di media vuelta, porque sentí que estaba a punto de llorar de nuevo, pero permanecí parada y en silencio, porque dentro de mí sabía que quería escuchar lo iba a decir. –Te has lastimado suficiente.
-Mientes –Fue lo único que pudo salir de mi boca.
-No lo hago, no te mentiría con algo así. Si realmente creyera que mereces sufrir, haría tus cadenas más grandes.
El tiempo se detuvo, y mi mente dejó de funcionar por un momento. Sentí como si mi espalda se sintiera más ligera, el aire de mi cuerpo de repente se sentía completamente puro, y mis ojos soltaban las lágrimas sin parar, pero en ese momento ni siquiera me molesté en limpiarlas. El dolor dentro de mí se hizo más intenso, dolía tanto que creí que mi corazón iba a explotar.
-No es necesario que escondas tus lágrimas… -Me dijo, pero aun así no hizo ningún intento por mirarme.
-No puedo, porque prometí que nunca lloraría otra vez frente a alguien más y yo no rompo nunca mis promesas. –No lo miré, e incluso cubrí mi rostro con una mano.
-¿No es doloroso? –Preguntó.
-Lo es, pero está bien, puedo soportarlo. –Me limpié las lágrimas y di media vuelta. –No importa que tan doloroso sea, no romperé mi promesa.
-A la larga terminarás haciéndote daño… -Me miró con ojos tristes y después caminó hacia mí, seguido puso una mano sobre mi hombro. –Pero estaré aquí para ti… Cuando estés sufriendo por tus promesas, cuando ya no puedas soportarlo… Estaré para ti.
-¿Por qué? –Me atreví a preguntar, pero dentro de mí tenía la respuesta desde hace mucho.
-Porque eres igual a esa persona… -Respondió con determinación –Y quiero salvarte, al igual que a esa persona.
Después de eso pasaron algunos segundos hasta que volvimos a hablar, pero esta vez fue acerca de lo tarde que se había hecho. Nos marchamos a casa y en el camino hablamos de otras cosas, aunque realmente no tenían mucha relevancia. No estaba muy segura de eso, pero creo que es lo que llaman “el inicio de una gran amistad”. Al final, cuando estábamos a punto de ir por caminos distintos:
-Será mejor que desinfectes tus heridas cuando llegues –Me advirtió.
-Sí, sí… -Respondí con el mismo tono con el que lo hacía a mi madre.
-Bueno, creo que es hora de separarnos –Se paró frente a mí y después salió corriendo. -¡Nos vemos el lunes, Aby!
-¡¿A-Aby?! –Exclamé al escuchar el mote que me había puesto. -¡Espera, ¿quién te dio derecho?! –Mis gritos fueron en vano, ya que corrió a gran velocidad y cuando me di cuenta estaba bastante lejos. Al parecer sabía la reacción que iba a tener.
Llegué a casa, y como era de esperar mi madre estaba bastante molesta. Me reprendió cerca de media hora, mientras que mi hermano disfrutaba del show. Cuando terminó me fui a mi habitación. Seguí el consejo de Daniel y desinfecté mis heridas, fue entonces cuando noté que había recibido bastante daño, además de que tenía moretones de los golpes recibidos al caer. No lloré, ni nada parecido, tan sólo me quejé un poco, algo sorprendente en mí, que nunca pude con el dolor físico.
Terminé de atenderme y me metí a bañar. El dolor ahora era un poco más grande, ya que el agua caía de una vez en todo mi cuerpo, incluso pensé en no bañarme ese día, entonces recordé que no puedo dormir si no tomo un baño antes.
Fui a la cama. Después de aquel día no me quedaban muchas energías, por eso pude dormir rápidamente.

Me encontraba en un lugar completamente vacío. Vi a una persona a lo lejos, pero estaba acercándose. No podía verle el rostro, por más que intentara, y cuando estuvo cerca de mí no pude moverme. Nos quedamos parados el uno frente al otro. Entonces escuché las mismas palabras que Daniel había dicho:
“Desde el primer día que te vi me recordaste a alguien muy especial para mí. Esa persona también, justo en este momento, está cargando con una culpa que no debe… Desde que nos conocemos ha tenido esos ojos tristes, junto con ese corazón endurecido que sólo le causa dolor cada día. Esa persona se está marchitando cada día, y lo más desesperante es que no puedo hacer nada, porque no comprendo el dolor por el que está pasando, porque todas las palabras que pudieran salir de mi boca no son más que ruido para su corazón, porque por más que lo intente no puedo hacerle entender que es una persona que merece ser feliz, y que es demasiado joven como para tirar así su vida.”
    Escuchaba todo eso, como un gran eco. La persona y yo seguíamos en la misma posición, pero entonces algo cambió… Estaba llorando. No podía ver bien su rostro, ni siquiera distinguir si era hombre o mujer, pero lo que veía claramente eran sus lágrimas.
“Ni tú, ni esa persona nacieron para vivir atados al pasado. Sé que nadie te ha dicho esto, y por eso seré yo quien lo haga… Tú… Tienes todo el derecho de buscar tu felicidad y encontrarla. Ya… Te has lastimado suficiente.”
-Él dice que podemos ser felices… -Le dije al fin a la otra persona. Dio media vuelta y comenzó a caminar, entonces lo seguí. Iba cada vez más rápido y cuando me di cuenta lo había perdido. Miré hacia los lados, esperando volver a encontrar a esa persona, pero fue en vano.
Voltee de nuevo hacia un lado y pude ver a alguien. Me acerqué a la persona, y cuando estuve lo suficientemente cerca como para ver su rostro… Era yo, y tenía la cara llena de heridas. Me miró, pero se limitó a sonreír y decir: “gracias”.  Entonces lloró y después desapareció.
No entendí exactamente lo que había soñado, pero de algo estaba segura…

Había matado una parte de mí. 

Comparte esta entrada

votar

5 comentarios:

  1. Hola ^^
    A ver... como empezar...
    ¡Me encanta tu historia! Sobre todo el personaje de Daniel kajshdkjas es tan lindo! *-*
    Yo suelo usar tu guía en para CDM xD
    Y cuando vi que ibas a escribir un fic no pude evitar leerlo, digo... ¡Amo leer! Y no me equivoqué all pasar por aquí... ¡me encanta! Espero poder leer más y se me hace (no se si es porque soy muy romanticona o qué xD) pero Daniel y Aby terminaran juntos(me adelanté mucho ¿verdad? Jaja. Bueno algo que me trae muy curiosa es el por qué de los Capítulos en dos partes, sólo es curiosidad xD
    Me gustan los capítulos largos como los tuyos, son fácil de entender y de imaginar ( y yo imagino mucho cuando leo xD) así que me puedo declarar tu fan number one? xD Me encanta, espero leer más pronto, esperaré ansiosa *-*

    PD:Perdón por escribir tanto ^^U

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Emm, esto es vergonzoso, pero antes que nada tengo que decirte que yo no soy la dueña del blog de CdM n.nU Jaja, lo siento mucho por la confusión, ella sólo me hizo publicidad en su blog (decisión de la cual nunca me arrepentiré)...

      En otras cosas, muchísimas gracias por tu comentario, me elevó los ánimos al mil, te juro que me hace extremadamente feliz saber que hay alguien que me lee, que le agradan mis historias y por sí eso fuera poco, que espera impaciente mis publicaciones... Es... Felicidad embriagadora.

      Daré lo mejor de mí, así que espero seguir a la altura de tus expectativas...

      De nuevo, muchas gracias por tu tiempo!

      P.D: wifbewikgbeiwagnewo no diré nada sobre tus sospechas, no quiero que se me salga algún spoiler.
      P.D2: Están en dos partes porque algunas veces la inspiración sólo me alcanza para medio capítulo (xD), y entonces tendría que esperar unas dos semanas para subirlo todo.
      P.D3: No te disculpes por la extensión del mensaje, al contrario, me gustan así: extensos y bonitos.

      Eliminar
    2. ¿De verdad? D: ¡Perdón por confundirte entonces! xD
      La verdad es que ni recuerdo qué decía la entrada del blog para que yo llegara aquí, pero no me arrepiento x).
      Que bueno que te elevara los ánimos, sé cómo te sientes porque es muy difícil que alguien lea historia en blogs, ya casi no se usan (o tal vez si y o no me di cuenta xD).
      ¿Gracias por qué? Gracias a ti por escribir que si no fuer así no tendría con qué deleitarme.

      P.D:Jaja con lo que dijiste fue más que suficiente, pero supongo que tengo que esperar para ver como se tornan las cosas.
      P.D2:Pues entonces... ¡menos mal que lo subes en dos partes! No podría esperar tanto para leer otro capítulo >.<
      P.D3: Que bueno que te gusten largos entonces, porque por lo general siempre escribo mucho xD

      Bueno, ahora a esperar al capítulo 3 *O*

      Eliminar
  2. oh por dios!! eres una excelente escritora, tu historia realmente me cautivo, no pude dejar de leer ni un segundo, quiero leer ya el sigt capitulo! :D adiós.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oh, muchas gracias! :3
      En serio me alegro que te haya gustado a tal punto, espero seguir leyéndote por aquí! :D

      Eliminar